El resto es un jabón de coco y oliva, una parte con café sustituyendo al agua y la otra, la blanca, con agua destilada. Vertí una parte del jabón de café, puse la pieza de jabón sin oliva y rellené con el jabón blanco, vertí desde lo alto el resto del jabón de café y decoré con unos firulillos superficiales.
Me gusta mucho cómo ha quedado.
Otra forma sencilla de hacer un jabón de café es mediante un refundido, podemos aprovechar jabones de diversos colores, o colores que no nos gusten, jabones mal cortados..... Si hay un exceso de colorante, es mejor lavar primero con sal para eliminar el exceso de éste. Al refundir, no añadiremos agua, sino café, y podemos rematar añadiendo café molido para dar más aroma y un ligero efecto exfoliante a nuestro jabón.
Y aquí mi jabón refundido con café ( originalmente eran recortes blancos diversos, incluyendo jabón de leche de cabra). Refundido semi, porque dejé trozos blancos a propósito, antes de verter en el molde puse una capa fina de café muy molido, y por arriba lo mismo.
Me han salido seis pastillas y dos piedras con los recortes.
Lo pondré a secar bien escondido, no sea que alguien lo confunda con un brownie y le dé un mordisco...
La foto, también de Reyes Sedano, una gran profesional
ResponderEliminarLa del refundido la he hecho yo esta mañana.
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