Mi abuelo plantó olivos hace unos cien años. Olivos majestuosos que crecieron lentamente y proporcionaron a mi familia una fuente de salud y satisfacción.
Crecí en un pequeño pueblo en medio del campo, y recuerdo cuando traían el aceite de la almazara. Venía en unos bidones que se transportaban en un carro hasta la casa. Luego se trasvasaba hasta unas garrafas enormes de vidrio verde forradas con pleita; eran muy grandes, de un vidrio grueso, totalmente redondas. Investigando he averiguado que se llaman damajuanas.
Desde el carro, se inclinaba poco a poco cada bidón y el aceite caía a través de un embudo hasta la garrafa, Yo me quedaba extasiada, viendo bajar aquel líquido verde con reflejos dorados lentamente, con sumo cuidado, para no perder ni una gota del preciado aceite. Luego se guardaban todas las garrafas en una cámara de la que solo mi madre tenía la llave.
El aceite de oliva es el tesoro del mediterráneo, auténtico oro verde, un prodigio de salud y belleza. Y somos muy afortunados al tenerlo tan cerca y poder disfrutarlo para nuestra salud y belleza.
Es hidratante, antiinflamatorio, nos ayuda a luchar contra los radicales libres. Se aplica también en quemaduras, si no tenemos a mano una pomada específica, lo mejor es poner sobre la piel una capa de aceite de oliva. Hablamos, claro está, de aceite de oliva virgen extra.
Mis últimos jabones los he hecho con este aceite; solo oliva en uno de ellos y oliva y corteza de naranja en el otro; sin aromas ni colorantes, ni siquiera aceites esenciales.
Jabones de aceite de oliva y naranja
El jabón de aceite de oliva no produce mucha espuma; no conviene usarlo, com otros, tras seis semanas de curado; es mejor dejarlo bien envuelto después de su curación y esperar ocho o nueve meses; entonces nos dará lo mejor de sí mismo.
Jabones de aceite de oliva con decocción de romero
Para l@s interesad@s, os pongo la receta que utilicé para este jabón:
Aceite de oliva virgen extra 510 gr.
Agua 90 gr.
Decocción de romero 35 gr.
Sosa caustica en perlas 67 gr.
El de naranja es igual, con la única diferencia de que se aparta una pequeña cantidad de agua, en la que se tritura la piel de la naranja y se añade un poco de zumo.
Tanto la decocción de romero como la corteza y zumo de naranja se añaden al jabón una vez que este ha llegado a la traza.
Se llama traza al momento en el que el jabón espesa y se convierte en "puré". La mejor prueba de que ha llegado a ese punto es que al poner la espátula de pié apoyada en el fondo del recipiente en el que está el jabón, esta se sostiene de pié, sin apoyarse en las paredes.
ResponderEliminarMe encanta la manera con la que hablas de tus jabones, de cositas tan sencillas como el recuerdo del pueblo en que creciste y como tu familia cuidaba con esmero el aceite de oliva. Ese oro líquido que a mí tantos recuerdos me trae también. Usar alguno de tus jabones ha de ser una delicia, se nota que están hechos con mucho amor y mimo.
ResponderEliminarUn saludo.Enhorabuena por tu blog!Es una ricura.
El motor del mundo es el amor, a las personas, a la tierra y a las cosas que hacemos. Es el ingrediente secreto de todo lo que de verdad funciona.
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